Salamanca y el Renacimiento (XII)

SALAMANCA Y EL RENACIMIENTO



Retrato por Zurbarán (1625-30),
 en 
Pasadena.
wikipedia
Diego de Deza, fraile dominico, arzobispo, teólogo e inquisidor, nació en Toro (Zamora), en 1443. Después de cursar sus estudios en la Universidad de Salamanca, impartió sus enseñanzas en la misma, ejerciendo la cátedra de filosofía natural, prima de teología y vísperas de teología. En 1486, al ser nombrado preceptor del príncipe Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos, cesó en sus actividades académicas.

En 1487 fue nombrado por el papa Alejandro VI obispo de Zamora, y en 1494 de Salamanca, residiendo con él, el príncipe Juan, hasta que este muere en 1497. Sucesivamente ejerció posteriormente el episcopado de Jaén y de Palencia, así como el arzobispado de Sevilla, muriendo cuando iba a hacerse cargo de la mitra de Toledo. En 1499 recibió la bula de Alejandro VI confirmándole como Inquisidor General de Castilla y León, el ejercicio de este cargo, más tarde, se haría extensivo a la jurisdicción de los territorios de la Corona de Aragón. 

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Como prelado destacó por el interés en elevar el nivel cultural del estamento eclesiástico y fortalecer su disciplina, y a su actividad sinodal hay que atribuirle una manifiesta y permanente preocupación reformista.  Habiendo conocido en la Corte a Cristóbal Colón, y establecido una importante amistad con él, existen muchas dudas y discrepancias respecto a su intervención acerca de los Reyes Católicos para que estos favorecieran los proyectos del descubridor. En la obra “Novarum deffensionumdoctrinae Angelici doctoris beati Thomae de Aquino”, basada en las doctrinas de Juan Capreolo, perteneciente también a la orden de predicadores, recogió sus enseñanzas, y con innovaciones metodológicas, incluye sus aportaciones al estudio de la figura de Santo Tomás de Aquino.

Sepulcro de El Tostado.
Vasco de la Zarza. Catedral de Ávila.
Alonso Fernández de Madrigal “EL TOSTADO”, clérigo, académico y escritor. Nació en 1409 en Madrigal de las Altas Torres (Ávila). En la Universidad de Salamanca estudió Artes, Teología y Leyes, y en el Colegio Mayor de San Bartolomé de esta ciudad, después de ser colegial desempeñó el cargo de rector del mismo. Regentó la cátedra de Artes y la de Filosofía moral, y siendo ya Maestrescuela de la citada Universidad también la de Poesía.

Siendo profesor de Teología, y conocedor de las lenguas latina, griega y hebrea, se cree que ejerció igualmente la cátedra de Biblia. En 1442 fue comisionado por el rey Juan II para asistir al Concilio de Basilea para defender la doctrina conciliarista, que representaba la superioridad del concilio respecto al Papa. Pero debido a exponer veintiuna proposiciones en Siena delante del papa Eugenio IV, y desagradándole al pontífice tres de ellas, este le impidió que pasara de Italia. Muriendo en Ávila en 1455, cuando ocupaba el sillón episcopal, está enterrado en la catedral abulense en un suntuoso sepulcro obra del famoso escultor Vasco de la Zarza.


Su fecundidad literaria fue tan proverbial que originó la frase escribir más que el Tostado. En muchas de sus obras vierte la brillante capacidad que siempre evidenció de comentador de las Sagradas Escrituras, siendo un ejemplo de ello su enorme obra latina que ocupó quince grandes volúmenes en la edición veneciana publicada entre 1507 y 1530. Entre sus obras destaca especialmente De optima politia, en la que defiende la democracia como óptima forma de gobierno, y el “El libro de las paradoxas”, que dedicó a la reina, y que inspirado en una obra de Cicerón, tiene que ver con las contradicciones que encuentra en las denominaciones usadas en la Biblia, y que él resuelve aplicando los cuatro sentidos de la hermenéutica escolástica medieval.

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