Del Renacimiento a la Ilustración: Cronología (II)

1634, Pedro Calderón de la Barca, compone el drama, “La vida es sueño”. En sus creaciones como, “El Alcalde de Zalamea”, o, “El gran teatro del mundo”, repercute el sentimiento religioso y monárquico, al igual, que el anhelo de justicia de la sociedad de su época.

1635, de vuelta de Italia, en donde para el Papa Inocencio X, realizó algunas de sus obras más famosas, Velázquez se instala en Madrid. Sus pinturas en ésta época destacan por sus soberbias invenciones cromáticas, lo mismo que por la audacia y libertad de composición y ejecución. Su preocupación principal, no es por lo que pinta sino por la manera de hacerlo, prevaleciendo sobre todo en la realización de sus trabajos, la pasión por los detalles. Obras como, Las Hilanderas”, se basan en el cromatismo y, a la anticipación, a una sensibilidad plástica que tardaría bastante en manifestarse en otros artistas.



1637, el filósofo y matemático francés, René Descartes, autor de la famosa afirmación “pienso luego existo”, publicó su obra, El discurso del método. En la misma, intenta exponer una nueva teoría del conocimiento, persiguiendo con ello, liberar a éste del autoritarismo y dogmatismo, tanto de la escolástica como del despotismo de la religión. También en el referido estudio, pretende lograr el establecimiento de un método, para que la Filosofía fije verdades equiparables a las evidencias matemáticas.



1640, en Cataluña tiene lugar la revuelta que origina la población rural en contra del mal gobierno del virrey, hecho que conduciría al inicio inmediato de la llamada Guerra dels Segadors, que se prolongaría hasta el año 1652.
Apoyada por el poder que ostentaba la Casa Braganza, el 1º de diciembre de este año, se produce la sublevación que conllevaría la separación de Portugal de la Corona de Castilla, a la que había estado unido durante sesenta años. Con el nombre de Juan IV, fue nombrado rey, el miembro de la citada Casa, el Duque de Braganza.

1641, encabezada por el Duque de Medinasidonia, y el Marqués de Ayamonte, se descubre una conspiración que perseguía crear un reino independiente en Andalucía.
Luis Vélez de Guevara, nacido en Écija en 1579, y fallecido en Madrid, en 1644, da a conocer su espléndida novela satírica, “El diablo cojuelo”. Licenciado en Artes, ocupó diversos cargos de carácter religioso y militar, escribiendo preferentemente obras teatrales que encerraban dramas históricos.

1642, el Parlamento Inglés, enfrentado entonces a su rey Carlos I, crea el Copyright, dictando una ley por la que se prohíbe la publicación de cualquier obra literaria, filosófica, técnica o científica, sin la autorización previa del autor.

El Papa Urbano VIII, lanza un anatema oficial contra el uso del tabaco, por considerarlo un vehículo perturbador de la armonía familiar, inductor de alucinaciones y de prácticas aberrantes, que contribuyen también a la discordia social.

1645, pintor de monjes y santos, Francisco de Zurbarán, que nació en 1598, muriendo en 1664, en este año 1645, trabaja de manera exclusiva para conventos de América Latina. Hasta entonces había tenido, de 1617 a 1628, una extraordinaria actividad en su taller de Llerena, y  posteriormente, un destacado ciclo pictórico, entre los años 1638 y 1640, para el Monasterio Cartujo de Jerez de la Frontera. La obra de este gran pintor se caracteriza por la realización de grandes cuadros, representando muchos de éstos espléndidas escenas para  retablos. También elaboró abundantes series de figurillas de monjes en actitud de recogimiento, y hermosos bodegones.

Probable autorretrato de Zurbarán (detalle de su obra San Lucas como pintor, ante Cristo en la Cruz).


El 18 de septiembre de 1645, muere Francisco de Quevedo Villegas, quien había nacido en Madrid, en 1580. Está considerado como el polígrafo más celebre que hubo en España a lo largo del S. XVII, siendo un estudioso de Humanidades, Filosofía y Teología, estaba en posesión igualmente, de unos amplios conocimientos científicos y matemáticos, pasando asimismo por ser el hombre de su época que más lenguas habla. Destacó tanto por ser una persona de acción incansable, como por su permanente actitud polemista, y mantener un comportamiento de satírico temible. Su admirable y extensa obra, de las principales de la Literatura Española, va más allá de la sátira, creando el conceptismo, removiendo las raíces del lenguaje. De ella hay que destacar, sobre todo, la prosa humorística, algo que se revela en sus libros, “El Buscón”, y “Sueños”, el primero que viene a ser una viva pintura de la época, puede incluirse entre lo mejor que se ha producido en su género en la literatura española, y respecto al segundo, es una sátira ardiente, con importantes  dosis a la vez, de estremecedora amargura.  



1647, bajo el reinado de Felipe IV, tiene lugar una nueva bancarrota de la hacienda española, algo, que motivado por el descomunal y creciente gasto de la política imperial, venía caracterizando a los Austrias. Los tributos recaudados por ella, se dedicaban exclusivamente a satisfacer los gastos de la casa real, la alta burocracia, la deuda pública, y sobre todo, los gastos militares. Durante el reinado de Felipe IV, la fiscalidad alcanzó una importancia inusitada, al crearse numerosísimos y nuevos impuestos.

El estadista inglés Oliver Cromwell, desencadenada en 1642 la guerra civil en su país, después de su exitosa marcha militar sobre Londres, en 1647 somete a juicio al rey Carlos I, firmando su sentencia de muerte y proclamando la república (Commonwealth). Nombrado lord protector de Inglaterra, rechazó la realeza que le ofreció su propio Parlamento, disolviendo este organismo, haciendo revertir el poder sobre él y su ejército. Aunque a su muerte se derrumbó la Commonwealth, por falta de un caudillo competente, él, gobernó con sabiduría, reorganizó la Iglesia nacional bajo principios de tolerancia, concedió a Escocia e Irlanda representación en el nuevo Parlamento, fomentó el comercio, colocó a su país a la cabeza del protestantismo europeo y dejo huella indeleble en la vida británica.




1648, muere Gabriel Téllez, más conocido como Tirso de Molina, que había nacido en 1584. Éste, a pesar de ordenarse como sacerdote en 1601, escribió comedias que sus superiores consideraron incompatibles con su condición de religioso. La inmortalidad de sus obras, se debe  principalmente a la comedia, “El burlador de Sevilla o convidado de piedra”, en la que da cuerpo al personaje de Don Juan. Destacan también, “Don Gil de las calzas verdes”, comedia de intriga y enredo, y, “El condenado por desconfiado”, drama teológico del teatro barroco español.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ir arriba